lunes, 17 de diciembre de 2007

Navidad, feliz Navidad

Hola a todos. ¿Alguna vez has puesto un quinqué con petróleo para alumbrar la cueva del belén donde nació el Niño Dios? ¿No?, pues yo sí. Fue en casa de mi madre hace muchos, muchos años. De pequeño en los Salesianos veía que al llegar estas fechas el altar mayor de la iglesia de María Auxiliadora se transformaba y aparecían las figuras, palmeras, río y otras cosas del nacimiento. Recuerdo sobre todo las tablas pintadas que hacían de fondo y en donde sobresalía un árbol grande, muy grande, posiblemente un naranjero, que me llamaba la atención porque me parecía, seguramente, desproporcionado. Pues bien, a mí hasta fecha reciente me llegó el gusto por hacer este entretenido arte familiar, que el árbol de Navidad por desgracia ha venido a desplazar de nuestros hogares, gusto que, dormido como está, espero despierte y vuelva yo a hacer mis belenes. ¡Ni que decir tiene que el techo y las paredes de la habitación donde el quinqué iluminaba a la Virgen y al Niño y a San José quedaron negras como el betún!. No recuerdo como eran las figuras ni que otras cosas las acompañaban, pero del quinqué seguro que no me olvidaré mientras viva.

El sábado en mi club de mayores celebramos la fiesta de Navidad con paella y baile. No sé porqué nos empeñamos en celebrar algo con una comida valenciana en lugar de hacerlo con un rancho, un caldo pescado o un sancocho... pero bueno pasamos un rato muy agradable y además estuvimos oyendo música tocada por el grupo folklórico del club que cantaba aires y villancicos de las islas. Son éstas unas fiestas entrañables y la celebración de actos que nos hermanan son de aprovechar.

Ayer domingo estuve en Las Canteras para ver el Nacimiento de arena. Confieso que no me gustó. Lo encuentro demasiado grande y por ejemplo, al Niño Jesús sólo le falta el uniforme de Primaria para mandarlo al colegio. ¡Chacho, que crecidito que está!. Bromas aparte creo que el Ayuntamiento se ha pasado en sus intenciones y que una obra, para ser buena, no necesariamente ha de ser grande. Me ha gustado mucho más los de años anteriores, más chiquitines.




He visto en mi casa una postal que recibí no sé de quien felicitándome estas fiestas hace años. De ella aprovecho los versos de Agustín Millares Sall, poeta grancanario, para desearte Felicidad y Paz.

Creando estoy un mundo donde el hombre

goce la libertad que no se cierra,

vea la luz solar sin que se asombre

y halle la paz, sin pronunciar su nombre,

en un lugar cualquiera de la tierra.

Te deseo un buen día.

1 comentario:

Waldo dijo...

Menos mal que vimos el nacimiento de arena este fin de semana, porque despues de la que ha llovido hoy por la tarde no se si quedará algo en pie.