jueves, 5 de junio de 2008

Lanzarote 6 - Timanfalla

Hola a todos. En Yaiza, justo donde nos hicimos la foto de grupo con fondo de palmeras y color rojizo del picón, hay una lápida algo deteriorada en memoria del cura de este pueblo en el 250 aniversario de las erupciones volcánicas que asoló un cuarto de la isla. Don Andrés Lorenzo Curbelo, el cura párroco, dejó escrito:



"El 1º de Septiembre (de 1730) entre las nueve y diez de la noche la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya a dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diez y nueve días. Pocos días después un nuevo abismo se formó y un torrente de lava se precipitó sobre Timanfaya, sobre Rodeo y sobre una parte de Mancha Blanca. La lava se extendió sobre los lugares hacia el Norte, al principio con tanta rapidez como el agua, pero bien pronto su velocidad se aminoró y no corría más que como la miel. Pero el 7 de septiembre una roca considerable se levantó del seno de la tierra con un ruido parecido al del trueno, y por su presión forzó la lava, que desde el principio se dirigía hacia el Norte a cambiar de camino y dirigirse hacia el NW y WNW. La masa de lava llegó y destruyó en un instante los lugares de Maretas y de Santa Catalina, situados en el Valle. El 11 de Septiembre la erupción se renovó con más fuerza, y la lava comenzó a correr. De Santa Catalina se precipitó sobre Mazo, incendió y cubrió toda esta aldea y siguió su camino hasta el mar, corriendo seis días seguidos con un ruido espantoso y formando verdaderas cataratas. Una gran cantidad de peces muertos sobrenadaban en la superficie del mar, viniendo a morir a la orilla. Bien pronto todo se calmó, y la erupción pareció haber cesado completamente".


Sigue don Andrés la narración de lo acontecido hasta los años 1730 y 1731 en que la población de Yaiza tuvo que emigrar, si bien las erupciones se prolongaron hasta 1736.
Fruto de estos fenómenos naturales es el Parque Nacional de Timanfaya. Estuvimos aquí y recorrimos su interior en la guagua (los coches no pueden pasar) y el aspecto es impresionante. Mediante un Cd, perfectamente ambientado con música clásica y con una dicción estupenda, nos vamos enterando de la historia y de la configuración de estos terrenos que se conocen como las Montañas del Fuego. Y el fuego es lo que hace, -en unas demostraciones que hacen allí mismo-, la inmediata ignición de las aulagas al ponerlas en un hueco entre la lava; o que salga a presión, con fuerza y estampido de un géiser, el agua de un cubo introducida en uno de los tubos colocados en el suelo; y que unos pollos, colocados encima de una parrilla en la boca de un pequeño cráter, se vayan asando lentamente; o que sientas el calor de un puñado de lava en tu mano.
Es bien bonito el entorno. Los conos volcánicos se alzan en medio de un mar de lavas en donde tímidamente se va abriendo camino la vida en forma de líquenes y alguna que otra aulaga. Nos dice el narrador en el Cd que la venida de arena del cercano Sáhara, que va cayendo sobre la lava, con la humedad de la noche, hace posible la vida y que en la noche miles de pequeños animales se adueñan del terreno.
Antes de la zona central del Parque recorrida por la guagua hay otro lugar habilitado para dar un paseo en camello. Debe ser bonito ver el paisaje subido sobre uno de estos nobles animales aunque lo más propable es que terminemos con los riñones y el trasero molidos como un zurrón.

Te deseo un buen día.






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