sábado, 25 de octubre de 2008

Zaragoza 5 - Otras cosas

Hola a todos. No quisiera haber sido demasiado prolijo con las descripciones de los sitios en donde estuvimos en Zaragoza y no quiero serlo ahora. Nos quedan las ganas de volver y mientras guardaremos recuerdos imborrables de la visita. Tendría que escribir de la Seo de San Salvador en la que estuvimos dos veces admirando su interior con preciosas estatuas por todos lados. Tendría de describir su fachada que es una amalgama de estilos y contar que esta catedral se asienta en un solar que fue foro de la ciudad romana y más tarde mezquita musulmana, y que está cerquita de la Basílica a la que complementa en hermosura.









También debería decir algo de los restos de las murallas romanas y de la estatua de César Augusto que han erigido junto a ellas. Y de la Puerta del Carmen, trozo pequeño de muralla antigua en lo que era puerta de entrada a la ciudad y que hoy está en medio de una glorieta en zona edificada. Y de una fuente airosa con un canto continuo de agua que juega a cambiar de formas. Y diría, pues es una impresión personal, que Zaragoza cuenta con muchas iglesias en un perímetro corto que es el por nosotros visitado.






Pero como no todo va a ser monumentos antiguos y preciosas iglesias tendría que decir algo de la plaza de toros que vimos solamente por fuera y de las cafeterías, taberna taurina en algún caso, en una de cuya terraza nos sentamos a reponer fuerzas. Y hablaría de los estupendos bocadillos con vino tinto que nos tomamos mientras decidíamos, más en broma que es serio, si entrar o no a ver el espectáculo taurino de la tarde. Y de los otros sitios en los que nos sentábamos a comer o a tomar algún refrigerio en horas de mediodía o tarde. Y entonces tendría que hacer un canto de alabanza para un restaurante, o bar o taberna, muy cercano a la Seo situado en una estrecha calle con un letrero esperanzador que dice "Especialistas en Sardinas Asadas", y decir que nunca letrero alguno ha hecho tanto honor a lo que se encuentra dentro: sabrosas sardinas asadas a la vista de los clientes en una plancha donde trabajan sin descanso tres cocineras, que atienden, no sólo a las sardinas como a los morros de cerdo, las morcillas y chorizos a cual mejor.
Tuvimos que abandonar Zaragoza y nos vamos con la satisfacción del deber cumplido al haber aprovechado el tiempo viendo cosas tan interesantes y compartiendo las fiestas como unos peregrinos más.
Te deseo un buen día. Sé feliz.

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