lunes, 1 de diciembre de 2008

Oportunidades

Hola a todos.

Los días amanecen llenos de oportunidades agazapadas muchas veces como queriendo jugar al escondite. Pasamos junto a ellas y hemos de hacer un pequeño esfuerzo para encontrarlas: unas están escondidas en un libro, otras en la música, ésta en un encuentro, aquella en el prójimo que se cruza en nuestro camino. Con frecuencia pasa algún tiempo sin darnos cuenta de que están aquí a nuestro lado, y entonces nos sentimos desamparados por la suerte. Cuando las encontramos nos sentimos jubilosos como niños que encuentran a su compañero escondido.
¿Hemos perdido los mayores el gusto por jugar al escondite y pasamos a ser meros espectadores?...

El fin de semana último se me presentaron varias oportunidades, unas por casualidad y otras buscadas.
Te cuento:

El viernes tuve con un grupo de compañeros jubilados de la empresa, en donde tantos años estuve trabajando, una comida de hermandad; nos reunimos treinta personas (compañeros sólos o con sus parejas respectivas) en el restaurante de un conocido club de Las Palmas; comida sabrosa en un ambiente distendido que no llegó a superar lo que pretendíamos, o sea, el reencuentro, con saludos y abrazos y comentarios sobre los años que no pasan en balde y el estupendo aspecto de todos y los mejores deseos para el futuro. Y el deseo compartido de volvernos a reunir.

El sábado en la mañana una visita a la plaza del mercado de Vegueta, en donde las frutas con su variedad de colores cautivan a los sentidos. Ya he dicho en otras ocasiones lo agradable que es estar entre los puestos observando las mercancías, viendo a la gente comprar y comentar lo caro que está todo, ¡qué crisis, Señor, qué cruz!, mientras los ojos van de la fruta al queso, o a las aceitunas, o al pescado o a la carne sopesando posibilidades.

Por la noche un concierto en el Auditorio Alfredo Kraus con Olga Cerpa y Los Mestisays cantando boleros y fados. Los boleros me llevaron atrás en el tiempo cuando eran las canciones preferidas de mi generación. Melodía nacida en Europa pero luego asentada en la América Latina desde México hasta Argentina e incluso en Brasil, según leo. El trío Los Panchos, Lucho Gatica, Antonio Machín, y tantos otros, amenizaron nuestras tardes de bailes agarraditos con sus eternas canciones de amor.




Ya el domingo, el XXXIX día del árbol nos lleva al paisaje querido de Bandama con su Pico y su Caldera. Pequeño espacio natural que conforma el complejo volcánico más interesante y espectacular del volcanismo reciente en Gran Canaria. (Este espacio merece que un día me atreva a escribir sobre él para trasmitir lo que significa para nosotros los grancanarios su belleza). Los numerosos participantes nos dividimos en dos grupos porque la bajada, y sobre todo la subida, a la caldera no es apropiado para personas con algún problema de edad, de movilidad o del corazón. No pude bajar y me quedó pena, aunque por otra parte me alegré de ir a los 7 Lagares en el mismo Parque Natural, que no conocía, para colaborar en la plantación de unas 2000 plantas termófilas que puedan adaptarse perfectamente a la zona: acebuches, almácigos, sabinas, cornicales, guaydiles, malvas de risco, retamas blancas y lentiscos.




Lo dicho, un fin de semana en el que los hados me fueron propicios y me permitieron gozar de las oportunidades que se me ofrecían.

Te deseo un buen día. Sé feliz.

No hay comentarios: