martes, 10 de febrero de 2009

Almas caritativas

Hola a todos.


Dos criaturas me llaman la atención en el Nomenclator de calles de Las Palmas citado en mi anterior escrito. Las pongo en mi catálogo de almas caritativas y si una de ellas profesaba como monja en la religión cristiana y por tanto se entiende su dedicación a los pobres, la otra que no profesaba pues era seglar, ayudó cuanto pudo a los que le rodeaban. Vayamos por partes, con permiso del autor del libro, y veamos un trozo de sus historias.


Don Francisco Gourié Marrero nació en Las Palmas, fue educado en el Colegio de San Agustín y, a la muerte de su padre, heredó una gran fortuna. Éste había adquirido grandes propiedades en Arucas y al acabarse en Canarias el ciclo económico de la cochinilla con el descubrimiento de los tintes alemanes, construyó en dicha villa, hoy ciudad, una gran fábrica azucarera. A ésta se le unieron otras fábricas y trapiches en la que participaron algunas otras personas y todo ello contribuyó a remediar la angustiosa situación económica. Se ocupa don Francisco en acrecentar el capital heredado y los trabajos que emprende da quehacer y sustento a muchos obreros. Pudo este patricio costear una parte importante del templo de Arucas, hoy preciosa realidad orgullo de los aruquenses, y así lo hizo. Tiene calle principal en Arucas, y en Las Palmas lleva su nombre la paralela a Triana por el lado del mar, antes llamada de La Marina pues las olas llegaban a besar las casas cuando aún no se había ejecutado la ampliación que cambió el aspecto de toda esta zona capitalina.


La otra persona por la que siento simpatía es Sor Brígida Castello. Nacida en la localidad de Ayelo de Malferit en Valencia el año 1855,. la desahogada posición de sus padres no le hizo desistir de su vocación religiosa y a los 24 años entra en la Congregación de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Hace su noviciado en Madrid y es destinada primeramente a Alcalá de Henares para después venir a Santa Cruz de Tenerife en donde permaneció diez años que dedicó a la educación de la niñez. De Santa Cruz viene a Las Palmas ante la difícil situación en que se encontraba el Hospital de San Lázaro en el que numerosos enfermos de ambos sexos demandaban cuidado y cariño pues todos ellos eran pobres aquejados de la lepra cuando no afectados de locura. Mejora Sor Brígida este Hospital y además construye el Asilo de San Antonio destinado a multitud de niños que sus padres no podían mantener ni educar. Quiso construir en Firgas un Sanatorio para los niños del Asilo, y en Las Palmas una Farmacia económica para los faltos de recursos. Su memoria queda guardada en esta ciudad agradecida y su nombre rotula una calle cerca de la Portadilla de San José.


P.S. El Hospital de San Lázaro estuvo en la zona cercana al Cuartel de Mata, fue construido después del de San Martín, y de ahí el nombre de uno de los Riscos de la ciudad.


Te deseo un buen día.

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