domingo, 8 de noviembre de 2009

El Hierro - Nuestra Señora de los Reyes

Hola a todos.

Tras almorzar en La Restinga volvimos a tomar la carretera hasta El Pinar y luego, en una desviación, nos encaminamos hacia la ermita de la Virgen de los Reyes. Pasamos cerca de la zona recreativa de El Morcillo sin entrar en ésta como era mi deseo. Nos adentramos por zonas de higueras y almendreros y, según nos comentó Aransa, dejamos a nuestra izquierda el Centro de Interpretación de El Julán, importante lugar arqueológico al que se accede bajando una empinada pendiente. Las nubes bajas cubren los árboles que tenemos a nuestro alrededor, en toda esta zona en la que se encuentra La Dehesa comunal. Aquí traen los pastores a sus rebaños de ovejas y aquí las juntan una vez al año para marcar a las crías con las marcas de cada propietario.



Aquí en La Dehesa es donde encontramos la blanca ermita de la Virgen. Está al lado de la carretera en un terreno prácticamente deshabitado puesto que sólo se encuentran en estos lugares la vivienda de los vigilantes. La ermita es de una gran sencillez y dentro se encuentra la imagen de la Virgen en el pequeño altar en el que podemos ver también tres esculturas pequeñas de Melchor, Gaspar y Baltasar.


La Virgen de los Reyes debe su advocación a que su talla fue encontrada un seis de enero día de los Reyes Magos. La traía un barco que se dirigía a América, posiblemente a Cuba, y que había perdido sus provisiones, cuyos marineros la cambiaron a los pastores por avituallamiento. Esto ocurría en 1546. En el año 1614 una gran sequía asoló la isla y los humildes pastores llevaron a su Virgen en procesión hasta la capital en una rogativa para que lloviera, lluvia que cayó con intensidad en toda la isla. Por tal motivo prometieron bajar cada cuatro años la imagen desde su ermita en lo que es una manifestación de fervor religioso y de folclore de todo un pueblo.


Ya de regreso, dejamos atrás el faro de Orchilla que está justo al lado de donde según Ptolomeo estaba el meridiano cero, y las retorcidas sabinas que se inclinan por el viento. Y las lavas y el malpaís, y el recuerdo.

Te deseo un buen día.

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