lunes, 11 de enero de 2010

Año de nieves año de bienes

Hola a todos.
Aquí en mi isla, en Gran Canaria, una nevada, por pequeña que sea, es todo un acontecimiento. Nieva en las Cumbres, de tarde en tarde, en algún año en que el frío llega hasta estas latitudes y el pequeño territorio de montañas y llanos en las cercanías del Roque Nublo cambia su estampa habitual por una más navideña con los copos blancos entre los pinares. A nadie deja indiferente la nevada. Ni a quienes se atreven a subir, desafiando las colas interminables de coches, para tener la oportunidad de jugar unos ratos con la nieve (si es acompañado por niños pequeños, mejor), ni a los que deben quedarse sin ir, gozando con el espectáculo, con lo que oyen contar a los afortunados que subieron.

Las noticias, las fotografías y los telediarios nos traen en estos días las imágenes de Europa cubierta con el manto de nieve que deja paralizados aeropuertos, trenes y produce caos en muchos lugares. Nos hablan de temperaturas muy por debajo de cero, y a nosotros que vivimos en una eterna primavera, nos cuesta creer que tales grados puedan darse.

Ayer y hoy, sin ir más lejos, al sacar a Pancho a pasear al parque por las mañanas, veía sobre mí un cielo de color azul celeste pálido por el que paseaban las nubes que se unían y separaban en un juego maravilloso formando bonitos encajes que cambiaban de forma a cada momento. En ésas estaba cuando oí hablar en RNE de las dificultades por las nevadas en la Península. Y me acordé, como para consolarme de lo mal que lo estaba pasando tanta gente, de aquel refrán que nos dice: "año de nieves, año de bienes". Que así sea.

Te deseo un buen día.

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