jueves, 1 de marzo de 2012

¡Vámonos al cine!

Hola a todos.
Saben ustedes que yo voy muy poquitas veces al cine debido a que oigo pésimamente los diálogos de las películas. Voy, para mi pesar, tan sólo de vez en cuando. Por ello, al saber que daban una película nueva en blanco y negro, y muda, le dije a la parienta: '¡vámonos al cine!' confiando en atinar y pasarlo bien. Me ayudó también en la decisión los comentarios que había leído a favor del film, el hecho de que fuera galardonada con cinco estatuillas en la última gala de los premios Óscar, y sobre todo el haber escuchado en RNE unos fragmentos de la música de la película que me encantó.

Así que nos fuimos al cine a ver The Artist, película francesa en cuestión, en una sesión con muy poquito público. Y lo pasamos estupendamente bien. La trama de la historia narrada, que transcurre en los tiempos del tránsito del cine mudo al sonoro y que coincide con los de la Gran Depresión del 29, es quizás lo menos importante si bien está llevada de forma agradable y no cansina. Está, eso sí, finamente ambientada y con fotogramas suaves unos e impactantes otros que nos llevan de una escena a la siguiente con total naturalidad. Los primeros planos nos presentan las facciones del protagonista principal mostrando los distintos estados de ánimo a que le lleva las circunstancias que le toca vivir. Es un trabajo el de este actor, Jean Dujardin, perfectamente valorado y premiado. A mí me gustó también mucho el de su compañera en la escena, Bérénice Bejo, que sin embargo no consiguió Óscar alguno.

La Música, ya dije, me encantó. Y el perro... ¡Ah, el perro! El trabajo del chucho vale por toda la película. El animalito da calor y amor a raudales en cada una de las secuencias en que aparece.



Te deseo un buen día.

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