Los Jardines

Hola a todos.
Una  cervecica a la que me invita el amigo Felipe en su comentario, no, pero un buen café sí que nos tomamos en la hermosa Plaza de Zocodover de Toledo, magnífico sitio que parece ser punto central (y muy animado) de la ciudad. Eso fue después del almuerzo, y al ratito ¡qué pena, Señor, qué pena, siempre con tantas prisas! nos fuimos a gozar de los espléndidos jardines de Aranjuez. Tenía curiosidad por verlos y disfrutarlos porque no es raro que la melodía maravillosa del maestro Rodrigo venga de cuando en cuando a visitarme y ocupe entonces, con agrado por mi parte, buena parte de mi 'azotea'. Maravillosa música para maravillosos jardines. Y eso que las fuentes no funcionaban tal día. Funcionan tan sólo de viernes a domingo por lo que ya apunté otra cita inexcusable para mi próxima visita. (A este paso necesitaré Dios y ayuda para volver a tantos sitios de los que marcho con 'magua').

 

Convendrán ustedes conmigo, viendo las fotografías, que bien mereció la pena dejar sin visitar el interior del Palacio Real de Aranjuez para pasear por sus jardines y perderse por entre sus arboledas. Paseo por senderos solitarios y glorietas románticas y entre estatuas de apolos y ninfas, de diosas y pecesillos de las fuentes en las que los patos nadaban totalmente despreocupados. El tiempo parecía detenido mientras caía la tarde. Una pareja, hombre y mujer mayores ya, sentados en un banco dejaban pasar el tiempo. En la baranda junto al río, parejas de enamorados miraban embelesados el lento discurrir del agua.



Te deseo un buen día.