viernes, 17 de mayo de 2013

Fiestas en Madrid

Hola a todos.
Llegamos a Madrid con la tarde libre para pasear y a ello que nos fuimos al Parque del Retiro. Ofrecía éste un aspecto estupendo como siempre pero en esta ocasión se apreciaba una afluencia grande de gentes que paseaban en todas direcciones. Había barracas, tenderetes varios y jóvenes negros del África negra que ofrecían sus mercancías a los viandantes. Unos fotógrafos ambulantes proponían fotografías al minuto y decenas de barcas paseaban por el Estanque a familias, amigos o enamorados... las terrazas estaban abarrotadas.

El monumento al Rey Alfonso XII estaba flanqueado por grandes altavoces que nos llamó la atención pues sonaban, en prueba, con la potencia de sus muchos vatios. "Son para el concierto de mañana -nos aclaró una amable camarera- son para las fiestas de San Isidro y además tendremos fuegos artificiales". Pues que bien: habíamos llegado justo para participar del principio de las fiestas del santo patrón de la Villa y Corte. ¡Qué pena que no lo supimos antes pues hubiéramos retrasado la vuelta a Las Palmas para gozarlas al completo! Otra vez será.

Así que el sábado a buena hora volvimos y buscando sitio en la misma terraza nos dispusimos a pasar un rato agradable con el doble espectáculo. La noche era espléndida y esperando nosotros un concierto de música clásica o bien de algunos melenudos con canciones de actualidad, nos vimos sorprendidos con música castiza y de zarzuela y con canciones de la desaparecida Sarita Montiel. Acorde, pensamos, con el gusto del público madrileño mayoritario en el recinto. A todas éstas, un juego de luces de colores cambiantes, que variaban de minuto en minuto, embellecía el regio Monumento. ¿Y qué decir de los fuegos? Pues que fueron bonitos, que fueron lindos, y que fueron espectaculares. Como corresponden a la capital del Reino que, seguro parece, tendrá más dinero para estas diversiones que una capital de provincia. Subían los fuegos, resonaban los voladores, se desplegaban las palmeras y se cubría el cielo sin resquicio de obscuridad durante tiempos y tiempos. Era un juego perfecto, una representación inigualable de personajes envueltos en color que ascendían a lo alto perfectamente enlazados por los acordes de la música.

¿Qué hubiera dicho nuestro paisano Galdós sobre esta noche festiva? No podremos saberlo. Pero sí podemos leer lo que escribió en sus tiempos: "Esto no impide que la fiesta de San Isidro se haya celebrado tan bulliciosa y alegremente como en los años anteriores. El santo madrileño no puede, en verdad, quejarse de que se descuide su culto aun en los días más graves. Arruínese España, enhorabuena; sufra cada empleado su terrible descuento, no importa. Siempre se gastará una peseta en honor del único santo madrileño, irá el ómnibus cargado de gente, se comerán torrados, se comprarán cántaros, se bailará en aquellas transparentes barracas y, sobre todo, resonarán esos discordantes pitos de cristal adornados de flores artificiales, de que hacen vasto acopio los chicos y las mujeres..."



En El Retiro, año 2012
Te deseo un buen día.  

3 comentarios:

Francisco Espada dijo...

Mi querido amigo: tu paseo me ha hecho pasear por la historia de mi vida. Pasé en Madrid 23 años y estuve trabajando junto a una de las entradas del Retiro. Hace tanto tiempo... con el primer coche aparcaba dentro del Retiro, paseaba mis horas libres, leía a la sombra de sus árboles esperando la hora de entrar al trabajo...
El Retiro era mi vecino amable, el pulmón del que escapar de las prisas y los agobios de la gran ciudad, y, muy cerca, el Museo del Prado, el otro refugio donde no hacía falta hacer cola para pasar la mañana entre la masa de turistas y copistas varios.
Madrid, y en concreto ese entorno del Retiro, me devuelve a la segunda juventud a la creación del hogar, el nacimiento de mis hijos... Como supones, amigo mío, me has hecho gozar con lo que has escrito y con lo que he recordado.

Un fuerte abrazo.

Pensionista Por Jubilación dijo...

Amigo Francisco: Madrid bien vale muchas misas. Es cuestión de coger el AVE y volver a esta Ciudad y pasear por la Gran Vía (e ir a algún Museo del Jamón, que proliferan) y pasear por la Puerta del Sol en donde se reúnen y manifiestan tantos por todos nosotros, y por la Plaza de Santa Ana que desconocíamos... Ahora además tenemos El Reina Sofía, el Tysen y otros museos varios, además del Prado al que prometo volver a entrar durante mucho rato, pues lo conozco bien poco,para gozar de sus fondos. Un abrazo, Ángel.

Marcos dijo...

Quieras que no un viaje a la capital del reino siempre es impactante. Quizá me costaría vivir acostumbrado a la tranquilidad de mi ciudad. Pero para disfrutarlo temporalmente nos muestra una paleta de colores interminable. Hemos pasado un delicioso día acompañándote.