sábado, 10 de agosto de 2013

El centro

Hola a todos.

Toda ciudad tiene un sitio emblemático al que sus ciudadanos reconocen como centro de la propia ciudad. Influirá en ello, suponemos, cosas inmateriales mucho más que aquellas otras materiales que conforman el lugar. Quizá sea la historia -esa historia que se escribe con minúscula- llena de sucesos y de vivencias la que determine que un sitio sea el elegido por la ciudadanía y no otro cualquiera del municipio. Viseu tiene, es natural, su centro urbano que es la Plaza de la República o Parque Rossio, de ambas formas se le conoce, y la Plaza o Parque tiene un edificio notable que es la Cámara Municipal. Y tiene otras muchas cosas: árboles diversos que dan sombra y que en los primeros días que nosotros la visitamos estaban iluminados de noche con miles de pequeños bombillos como luciérnagas para alumbrar las horas de música en vivo que nos ofrecían, y tiene una parada de taxis con media docena de vehículos, y un bonito (aunque funcional) kiosko con mesas alrededor en el que tomar el cortadito o un buen aperitivo; y tiene, y nos gustó mucho un tíovivo para los críos que da vueltas y vueltas llevando hacia ningún sitio a los caballitos y a las carrozas y a los cochitos.

Cerca del Parque Rossio (o de la Plaza de la República) estaba nuestro hotel: el Grao Vasco que lleva por nombre el de un reconocido pintor nacido, probablemente, en Viseu y que tiene aquí un museo y una calle que lleva su nombre. El nombre de Grao Vasco -Grande Vasco en español- es realmente Vasco Fernandes, pintor de principios del s.XVI. Algunas de sus pinturas, interesantes todas, pudimos ver en su museo. Y también nos fue dado ver en este una colección de iconos rusos que tenían en exposición y que nos gustó mucho.

Volviendo al centro de Viseu tenemos que decir que junto a la Plaza o Parque hay una fuente grande con chorros de agua que juegan arabescos y otra fuente pequeña que le sirve de compañía. Y hay edificios, claro está, y la sede de un importante banco y sucursales de otros, y calles adyacentes libre de circulación, con tiendas y terrazas, por donde pasear; y en un lugar (en el arco que forma la esquina junto a los taxis) hay un bonito y grande mosaico de azulejos. Y una pensión -Pensao Rossio Parque- y un museo y un jardín precioso dedicado a las madres -Jardim das Maes-.  

Desde este centro de la ciudad varias vías nos llevan a otro punto muy importante: el que forman el conjunto de la Catedral y la Iglesia de la Misericordia separadas por una amplia plaza en donde está también el Museo Grao Vasco y otros edificios emblemáticos. Al costado de la Catedral, la pequeña Plaza de D. Duarte ofrece un buen muestrario de sitios (terrazas, cantina con canciones en vivo, buen vino de toda Portugal) y algunos pocos hoteles en las inmediaciones, que ayudan sin lugar a dudas a pasar unas inmejorables vacaciones.

Mención especial merece el cedro que se eleva alto y fuerte como una torre en una de las esquinas en que está el Hotel Grao Vasco. Tiene lo menos 160 años (nos dicen y nos lo creemos) y su copa sube arrogante en la noche hasta encontrarse con la luna.










Te deseo un buen día.        

2 comentarios:

Marcos dijo...

Esos azulejos azules son preciosos. Ya los conocía por referencias.

Felipe Tajafuerte dijo...

Los mosáicos azules, típicos de Portugal, son una maravilla. Un abrazo desde mi mejana