lunes, 13 de abril de 2015

Sao Miguel - Las termas

Hola a todos.
Según terminamos de dar cuenta del excelente cocido nos tropezamos, al salir del restaurante, con un numeroso grupo de hombres y algún muchacho portando un bastón (cayado diríamos nosotros en Canarias) y con unas capas que en principio nos dio la impresión de ser todas negras. "Son peregrinos" -nos aclaró Ruben siempre atento a darnos información- "recorren los pueblos de la isla caminando durante una semana; se levantan a las tres o cuatro de la mañana para iniciar la marcha del día, son solo hombres: en estos grupos no se admiten mujeres".



Nos pareció pintoresco el cuadro sin dejar de reconocer que en el fondo anida una gran religiosidad, según pudimos deducir de los comentarios de Ruben. Así que mentalmente deseamos a los peregrinos toda la suerte del mundo.




Hablando de religiosidad, casi al poco nos tropezamos con la Caldehira de Pero Botelho, o sea, con la caldera del mismísimo diablo que estaba en medio de otro grupo de fumarolas y, lo más llamativo, de unos nacientes de agua ferruginosa aptas para beber. Seguimos nuestro camino y ya fue la monda al llegar a las termas pues no nos podíamos creer que en un día frío de invierno nos íbamos a poder bañar con agua de más de 30 grados de temperatura al aire libre. Pero dicho y hecho. ¡El agua estaba magnífica y el chapuzón resultó genial! De ello damos razón.



Y eso que el agua color de chocolate que bajaba canalizada camino del mar no nos daba mucha confianza. Aunque ya...


Con el calor del baño seguimos nuestro camino no sin antes ver un hermoso perro de mirada noble, de raza típica de esta isla amable que es Sao Miguel.

.
Y carretera adelante fuimos a otro lago ¡otro lago! siempre con el verde y con las vacas por compañía.

Te deseo un buen día.

1 comentario:

Marcos dijo...

Bueno es saberlo para ir preparado con bañador.